Hace tres años comenzó el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, que ha sido lleno de altibajos y con una crisis de salud derivada del COVID; esto ocasiono que muchos sectores económicos tuvieran mas de un año sin dar un solo servicio o venta alguna.
Un gobierno al que los anteriores grupos facticos de poder, se han dedicado un día y otro también solo a criticar y lanzando campañas de desprestigio y en muchas veces utilizando las llamadas fake news.
El presidente Obrador se ha mantenido duro e inquebrantable con su visión de lo que el País necesita, a pesar de que algunos de sus aliados con los que llego, decidieron cambiarse de bando; como ejemplo una Lily Téllez y German Martínez.
El Gobierno de la Cuarta Transformación lanzó una serie de megaproyectos en el sureste, y se pudiera decir que ha olvidado a regiones como Nuevo León y Tamaulipas, este castigo fue un movimiento político para castigar a los gobernadores que convocaron y promovieron la creación de una alianza federalista y en la cual presionaban al gobierno federal para una mayor repartición de los recursos públicos en sus respectivas entidades.
El presidente, como un experto en la historia, sabía que esa alianza no iba a perdurar y estaba en lo correcto, en estos tiempos, ya no queda nada de esa maniobra de presión.
Se pudiera decir que hay muchos logros, pero el que consideró el mayor, es el reparto de los programas sociales en beneficio de los adultos mayores y becas a los jóvenes, tan es así que lo subió a rango constitucional para que en un futuro les sea mas difícil eliminarlos. A plena mitad del camino, hay varios temas que no han podido ser resueltos, a pesar de aumentarles considerablemente el presupuesto e inclusive creado nuevas instituciones como la guardia civil, estamos hablando de la inseguridad que no cede terreno y que pareciera que aumenta cada vez mas. Esperemos si en la segunda mitad del sexenio vemos mas logros y que se pueda combatir la inseguridad, y que no se convierta en el talón de Aquiles de López Obrador.